No podemos hablar de la historia del manga sin referirnos al anime ni al contrario, ya que siempre van de la mano. Un alto porcentaje de publicaciones manga terminan llevadas a la pantalla en formato anime. A continuación, analizamos el origen y evolución de los dos artes.
El origen del manga como forma de contar historias y definición de la palabra, comenzó durante la segunda mitad del siglo diecinueve y primeros del veinte 1868-1912, en pleno periodo de apertura cultural y económica bajo el mandato del emperador Mutsuhito. La palabra manga (漫画) está compuesta por dos kanji; man (informal) y ga (dibujo). Literalmente se traduce por dibujos caprichosos o garabatos. Se acuñó este término para definir el arte surgido por la unión del estilo gráfico de la pintura tradicional japonesa y las historietas (cómics) de estilo occidental. Actualmente, palabra manga se usa en Japón para referirse a «historietas», de forma general. Fuera de Japón, esta palabra se emplea más concretamente para definir el estilo japonés de dibujar y contar historias. Los primeros grabados que muestran un atisbo de estética manga lo encontramos en la obra Chōjugiga, realizada a mediados del siglo XIII. Son una serie de dibujos con carga satírica representando animales. Están atribuidos a Toba no Sōjō, personaje que vivió en los siglos XI-XII. Sólo se conservan algunos ejemplares en blanco y negro, sin embargo, en ellos se ve una primitiva línea representativa que posteriormente iría evolucionando al manga.
El dibujante Rakuten Kitazawa, fue el autor de una historieta llamada Tagosaku to Mokube no Tokyo Kenbutsu. Su obra (1902) está considerada oficialmente como el primer manga de la historia en forma y características similares a las actuales. En él, se narra la historia de dos campesinos que realizan un viaje para hacer turismo en Tokio. Cómo son personajes rurales con poco conocimiento de la vida moderna y la gran ciudad, al llegar se comportan de forma tonta y cateta.
Actualmente, el manga es una de las industrias más importantes de Japón, aunque en los últimos años se ha notado una notable disminución en venta de ejemplares a favor del anime, que está sufriendo un incremento considerable. Culpa de este cambio tiene que ver con el cambio en los hábitos de la sociedad de consumo, ya que se persigue la inmediatez y facilidad de internet para ver y consumir entretenimiento.
A principios del siglo XX se crearon en Japón una serie de cortometrajes de animación influenciados en su origen por la estética de la factoría Disney. Se considera que el primer fragmento de imágenes en movimiento realizado en Japón, corresponde a Katsudō Shashin (活動写真) o Fragmento de Matsumoto (fechada entre 1907 y 1911). Su descubrimiento tuvo lugar en Kioto en el año 2005 y tan sólo tiene una duración de 3 segundos. Su autoría es desconocida.
Los beneficios económicos y culturales que suponen la gran propaganda del manga y el anime para Japón y su cultura, hacen de esta industria una cuestión de vital importancia para el país. Japón como potencia del entretenimiento audiovisual desde hace años, ha sabido influir en la sociedad al igual que EEUU lo ha hecho durante años mediante el escaparate de hollywood, transmitiendo su cultura y abriéndose más si cabe al mundo. Desde pequeños, hemos crecido sin saberlo poniendo la mirada en la cultura japonesa con producciones como Mazinger Z, Bola de Dragón, Ultraman, Gundam, Transformers, Pokemon, Doraemon, Akira o Totoro entre muchos más. Casi se podría decir, que una parte de nuestro cerebro está condicionado por la estética japonesa, y a mucha honra, por supuesto. Esto me hace pensar, que tal vez por este motivo, pudiera ser que nos despierte tanto apego esta cultur